TANTO QUE APRENDER

Tengo un amigo que dice que está pensando irse a un refugio antinuclear el año que viene, por lo de ser 2012. Me cuenta que se está preparando muy bien internamente para el cambio de era, y que sabe, o mejor dicho, que siente que se avecinan cambios bruscos, como terremotos, tsunamis, hambrunas, y no sé bien qué más...

Me dice que tal vez no sean bruscos estos cambios, pero que los habrá sin duda. Me cuenta de la posibilidad de un acercamiento planetario o "meteorítico" al planeta.

Este es mi mejor amigo. Nos hemos criado juntos, en el mismo pueblo, en los mismos parques, en el mismo cole e instituto (era un cole concertado que tenía todos los niveles, desde parvualrio a COU). Hemos compartido risas, músicas, confidencias, casas, viajes. El pueblo donde nacimos era -y es- bastante religioso, y encauzamos nuestra espiritualidad, o tal vez la búsqueda de sentido vital, a través de catequesis, coros y movimientos católicos varios. Al menos tuvimos la suerte de encontrar en el camino sacerdotes de mente abierta y buen humor. Me estoy desviando.

Mi amigo y yo compartimos nuestros crecimientos, nuestros aprendizajes, alejándonos de lo católico y yendo hacia una búsqueda interior más personal. Yo encontré el taichi, la meditación, el pensamiento positivo, el humanismo sanador, la medicina china, las terapias de sonido y vibracion... aunque también di con las canalizaciones, las constelaciones familiares, el reiki kundalini, los médicos del cielo, el templo de la presencia, la gemoterapia, la numerología, la angeología, el sun gazing... y por supuesto, también me topé con una mujer obsesionada con su "misión" y su autocreencia en sus propios "poderes" y capacidades.

Mi amigo, buen ingeniero y hombre culto y formado en ramas diversas, caminó por la PNL (programación neurolingüistica), el reiki, las sanaciones, las canalizaciones,... y unas cuantas cosas más que, a día de hoy, desconozco.

A mi, todo lo recorrido en el campo esotérico, paracientífico, oculto, me ha resultado demoledor y pernicioso. A veces lo recuerdo y me siento estafado, manipulado. Pero sé bien que fuí yo el que buscó y encontró. Buscaba algo en que creer, un sentido a mi vida, un camino que recorrer. Tal vez por eso encontré a personas que me manipulaban y, en algunos casos -fueron pocos, pero lo sufcientemente dolorosos- me maltrataban. Aprovecharse de la baja autoestima, la credulidad, la buena fe y el dinero disponible es muy fácil. Sólo hay que dejarse llevar. La de tiempo, energía y dinero que he dejado en el camino. Ese ha sido mi aprendizaje.

Por su parte, mi mejor amigo sigue dentro de este círculo selecto de creyentes en apocalipsis, sanaciones interestelares y actuaciones planetarias. Les basta cerrar los ojos y dejarse sentir para ver lo que en sus mentes se ha ido forjando día tras día, año tras año, toda su vida. Es tan fácil convencerse de que existe todo eso. Sólo hay que querer creer. Yo una vez creí, y ni me daba cuenta de la autosugestión, del autoengaño. Hay muchos que ni lo sabén y viven de ello, inconscientes o no. Porque embaucadores y vividores los habrá siempre. No importa el disfraz que vista, como dice Drexler.

Ahora ando comprendiendo que no necesito sanar de nada, que no estoy enfermo. Tan solo estoy creciendo. En mi camino de deshacer el camino por el que andaba encontré a una bella inteligente que comprende el mundo desde la alegría y el conocimiento, sin miedo a ganar o perder, que sonríe a la lluvia y se para en plena calle cuando sopla el viento. Que oportuna.

A mi mejor amigo le diré, cuando le vea, que me siento triste de sentir que nuestros caminos se andan separando porque se ha empeñado en vivir en la ignorancia y la superstición. Le diré que, a poco que investigue en internet, no encontrará ninguna prueba de asteroides de camino a la Tierra, que no habrá alineación planetaria, que los Mayas hablaban de cambio de era, algo que ocurre de manera gradual, sin cataclismos. Le diré que le quiero, como le digo siempre. Le podría decir tanto... 

La pena es que, cuando hablé por teléfono con él la otra noche, cuando le sugerí estas cosas, me dijo que le daba igual lo que otros opinasen, que lo único que le importaba era su sentir, y que actuaría conforme a él. Sólo pude alegrarme por ser persona de criterio propio... aunque sea un criterio tan equivocado.